El
sacerdote italiano Fortunato di Noto lleva 20 años protegiendo y
acogiendo a niños víctimas de abusos sexuales. Ha recibido amenazas y
violencia por parte de grupos pedófilos y de la mafia de la pornografía
infantil.
"La pedofilia del clero, como la de los magistrados, de los
abogados, de los médicos, de los profesores, de un padre, madre, abuelo,
hermano, hermana, es un crimen contra la humanidad".
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